27-09-2012
Este día de pajareo por la Hoya de la Solana, camino de la Mesa de los Tres Reyes partiendo desde Linza, resultó que el protagonismo se lo llevaron los sarrios, aún habiendo avistado varias aves incluso el quebrantahuesos, nunca habíamos tenido a los sarrios a tan corta distancia, incluso yo diría que bastante relajados.
(Rupicapra rupicapra) rebeco pirenaico (Rupicapra pyrenaica pyrenaica) o Sarrio que es como se le denomina en el pirineo aragonés, este bóvido de aprox. 1,10 metros de longitud y unos 0,70 m de alto y un peso de entre 25 o 40 Kg . se extiende a lo largo del pirineo, que junto a la Rupicapra pyrenaica parva, que es la que habita en la cordillera cantábrica y que es un poco mas pequeña, son las dos subespecies que nos tocan de diez que se extienden por Europa.
Hembra |
Vive aproximadamente 20 años y alcanza la madurez a los dos o tres, su color cambia del verano al invierno siendo este más oscuro en invierno, los cuernos que son un poco más grandes en los machos, se diferencian de la hembra por su mayor curvatura ganchuda.
Las crías y los subadultos suelen permanecer con las hembras que conviven agrupadas, mientras que los machos andan solos asociándose a los rebaños en época de celo donde disputan con otros machos cubrir a las hembras, estos agrupamientos se producen en el mes de noviembre y la gestación dura cinco meses.
Se mueven por los acantilados y neveros con suma facilidad gracias a la adaptación de sus pezuñas.
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En este macho se aprecia la curvatura de los cuernos. |
Desde tiempos ancestrales, empujados sobre todo por el acoso del hombre, se guarecen en cotas entre 1.500 y 3.000 metros, bajando en invierno hasta los 1.000, son los inviernos los que se cobran las mayores bajas de cabritos y adultos debilitados, ya que tienen muy pocos depredadores entre los que destaca el hombre, porque lamentablemente su caza está permitida.
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